lunes, 20 de mayo de 2019
jueves, 16 de mayo de 2019
Bibliografía
Nuestra bibliografía utilizada es la siguiente:
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Ø Cárdenas, J. L., Guardia,
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clima de convivencia en el aula mediante una metodología de
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Pedagoga con orientación en Administración y Evaluación Educativas
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docente en el contexto actual. Revista electrónica de desarrollo de
competencias, 2(6), 115-123.
martes, 14 de mayo de 2019
¿QUÉ ES EL CLIMA ESCOLAR?
Según Díaz Aguado el clima escolar es:
El contexto emocional y físico en el que se desarrolla la labor docente y posibilita un determinado aprendizaje, dependiendo de que las condiciones sean más o menos adecuadas”. El clima escolar es un constructo subjetivo, es decir cada cual interpretará de una manera peculiar este clima dependiendo de cómo perciba el conjunto de las relaciones sociales y materiales con la Escuela como un todo. Un referente clave de la contribución del profesorado al clima escolar es la sala de profesores, un área privada y lugar privilegiado de interacciones en los centros docentes. En cuanto al alumnado, las relaciones informales que se establecen en el contexto de la Escuela generan una diversidad de interacciones, se comparte un espacio de trabajo y lúdico, aparecen oportunidades de relaciones personales de amistad, confianza, ayuda mutua, etc. Desgraciadamente también puede ser escenario de rechazos, insultos, burlas, humillaciones tanto hacia un individuo particular como hacia una clase de personas y orientadas a través de un grupo o entre pares de grupos.
lunes, 6 de mayo de 2019
CONDICIONANTES Y REPERCUSIONES EN EL CLIMA DEL AULA
El clima del aula se plantea en la literatura como una cualidad del ambiente de aprendizaje, conformado por las percepciones que tienen los docentes y estudiantes. Describe las relaciones socio-afectivas entre ellos, el contexto en el cual se dan estas relaciones y la influencia en el comportamiento, los resultados académicos y la satisfacción de los miembros. Por esto, generar un clima positivo en el aula ha de constituirse en una meta educativa muy preciada. Sobre este tema, González (2010) señala que los centros educativos han de preocuparse por la generación de un buen clima en el aula, a fin de facilitar y promover el compromiso de los estudiantes con su formación y una actividad social y académica enriquecedora.
En la literatura se recogen diversos criterios sobre las variables que entran en juego en la conformación del clima del aula. Algunos autores como Arón & Milicic (1999), Ríos, Bozzo, Marchant y Fernández (2010) coinciden en que el clima del aula se configura a partir de elementos materiales e inmateriales. En base a esto, las investigaciones han medido la influencia en el clima del aula de las características físicas del ambiente en cuanto a su propiedad de promover el aprendizaje y la identificación así como también los efectos en la implicación de los contenidos curriculares, de las relaciones entre profesores y estudiantes y de las prácticas en el aula.
En la literatura se recogen diversos criterios sobre las variables que entran en juego en la conformación del clima del aula. Algunos autores como Arón & Milicic (1999), Ríos, Bozzo, Marchant y Fernández (2010) coinciden en que el clima del aula se configura a partir de elementos materiales e inmateriales. En base a esto, las investigaciones han medido la influencia en el clima del aula de las características físicas del ambiente en cuanto a su propiedad de promover el aprendizaje y la identificación así como también los efectos en la implicación de los contenidos curriculares, de las relaciones entre profesores y estudiantes y de las prácticas en el aula.
miércoles, 1 de mayo de 2019
INCLUSIÓN EN LAS ESCUELAS EN LA ACTUALIDAD
Lo que os encontrareis a continuación es un fragmento de un Trabajo de Fin de Grado de la Universidad de Alicante sobre la inclusión existente en las escuelas en la actualidad.
La educación del siglo XXI se enfrenta a diferentes retos: la incorporación de las Tecnologías de la
Información y la Comunicación, conseguir una metodología activa, desarrollar el pensamiento crítico, trabajar las inteligencias múltiples, fomentar el trabajo cooperativo, desarrollar las competencias y conseguir que todos los centros apuesten por una educación inclusiva.
Lograr que las escuelas sean inclusivas, es uno de los mayores desafíos a los que se enfrenta la sociedad del siglo XXI. Sin embargo, todos estos beneficios solo serán posibles cuando la inclusión escolar sea real en la práctica y no una utopía o una meta a la que llegar por el camino de la integración. La inclusión, se ha reducido a la mera matriculación de ese alumno en un centro ordinario donde, simplemente, se limita a compartir un espacio físico con otros niños, pero sin formar parte activa de su mundo. (Arroyo, 2013).
La UNESCO esbozó muchas de las barreras para la implementación de la inclusión, tales como:
a) Actitudes tradicionales que tardan en desaparecer y aceptar la diversidad como un valor
educativo. Los prejuicios contra los que tienen diferencias pueden conducir a la discriminación,
que inhibe el proceso educativo.
b) Barreras físicas en las estructuras de las escuelas, restringen la accesibilidad de los estudiantes
con discapacidad. Muchos centros no tienen las instalaciones idóneas para acoger a los estudiantes con necesidades especiales.
c) Plan de estudios rígido que no permite la aplicación de distintos métodos y estrategias de enseñanza acorde a las necesidades. No reconocen los diferentes estilos de aprendizaje y aplican uno común para todos los alumnos.
d) Maestros. Según Arroyo (2013), se necesitan docentes vocacionales y valientes. Profesores que
tengan la aspiración de suplir la carencia de recursos materiales con ganas, vocación, entrega,
sensibilidad y creatividad. Así como maestros que se involucren de verdad, no solo en el avance
académico sino, y sobre todo, en la inclusión social de ese alumno. Profesores valientes que se
alejen de la rigidez de los temarios y los libros de texto y adopten nuevas metodologías que
permitan respetar las características únicas y especiales de cada uno de los niños de su clase.
Metodologías que ayuden a todos los niños de la clase a avanzar en función de sus características, intereses y capacidades, y no al ritmo impuesto por temarios y programaciones.
Se necesitan docentes que miren al alumno con discapacidad como un reto y una oportunidad,
y nunca como un problema. Si el maestro está realmente convencido de ello, su actitud será
ejemplar y logrará transmitir esa idea también al resto de niños y a sus padres.
e) Reducción de la ratio de alumnos en aulas ordinarias para evitar la masificación de las aulas y
permita al tutor de la clase prestar al alumno con discapacidad la atención que necesita, dentro
del entorno natural que es su aula.
Habrá que superar todas estas barreras a las que se enfrenta la educación pues, la inclusión aporta
numerosos beneficios a todos los estudiantes, tanto discapacitados y no discapacitados.
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